
La cobardía me ganó otra vez,
me escondí bajo mi propia duda
que duró solo un instante
pero que perdurará
hasta que te deje de pensar
y te logre deshacer.
Fue cuestión
de pronunciarlas,
de cambiar la "S"
seguida de la "I"
por la "N"
acompañada de la "O".
Tal vez un acto
de supervivencia
o un pie sobre la tierra,
no lo sé,
pero la cobardía
me sacudió otra vez.
[No vuelvas, no quiero pensarte, otra vez.]
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